Cuando más joven,
no podía aquietar mis pensamientos,
iban cabalgando desbocados
y con ellos, las migrañas.
Admiraba a los que podían
tomar palco y divisarlos de lejos.
Al pasar la cinta del tiempo,
los pensamientos siguen galopando,
Solo que aprendieron
a manejar el viento.
* Luz Marina Zuluaga Tinoco
© Derechos Reservados del libro
La vida, ¡un instante! 2017
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